Una lágrima de una madre es el trágico y doloroso resumen de
lo que padece ella cuando tiene un hijo enfermo en Venezuela.
La lágrima es porque no se consiguen las medicinas o son
inaccesibles por los altos costos. La lágrima es porque no se tiene como pagar
el costo de los exámenes que se
requieren para diagnosticar la enfermedad que padece el niño.
Hay muchas lágrimas también por la impotencia, la rabia, la
amargura de ver como se le va la vida a un hijo por el caos social y económico
creado por unos enfermos de poder que sin escrúpulo alguno maniobran para
quedarse indefinidamente en el poder.
Las lágrimas de las madres son el resultado de la debacle
asistencial que existe en Venezuela como consecuencia del obrar mal de una banda inmoral de gobernantes. Esos gobernantes
que con discursos hipócritas y sin contenido valioso pretenden engañar a un
pueblo que ha sido martirizado por la violencia directa del gobierno o por las
políticas públicas que han dificultado
hasta lo inimaginable el acceso a los bienes básicos para lograr una
subsistencia digna.
Cuando el gobierno produce lágrimas y dolor en el pueblo. El
gobierno es el principal enemigo de la gente, del pueblo. El gobierno no da la
mayor suma de felicidad. El gobierno es antibolivariano porque lo que
proporciona es la mayor suma de infelicidad y sufrimiento posible al
venezolano.
La lucha es por un país donde no haya lágrimas de dolor
causadas por los malos gobernantes.
La lucha es por un país de gente sonriente y siempre
esperanzada en alcanzar sus sueños.